Lcda. Génesis Mendoza
viernes, 12 de julio de 2013
Aprendizaje Social y Emocional
Seguido de realizar varios estudios e instrumentos aplicados en escuelas donde fueron seleccionados un grupo de niños, se logró demostrar que las emociones pueden ser aprendidas, incluso el mejor lugar para ser enseñadas y comprender la manera de gestionarlas es en las escuelas. Incluso se considera que un niño que conoce y sabe gestionar sus emociones no solo tendrá mejores resultados académicos, sino que estará más preparado para el mundo laboral. Éste logro se debe a la buena educación que se le pueda brindar al ser humano en su etapa inicial del aprendizaje, “en la niñez”.
Es posible desarrollar lo que llaman habilidades para la vida, mediante programas probados científicamente, es decir, una serie de destrezas en el ámbito social, emocional y ético, que complementan y optimizan las habilidades cognitivas e intelectuales.
La capacidad para usar las habilidades emocionales y sociales se promueve en un contexto de seguridad y apoyo escolar, familiar y de aprendizaje de la comunidad en el que los niños se sienten valorados y respetados y se conectan bien y se motivan para aprender. Ser competente en el aspecto social y emocional son fundamentales no sólo para el desarrollo social y emocional, sino también para su salud, el desarrollo de las cuestiones éticas, ciudadanas, el desarrollo de la motivación al éxito y también el aprendizaje académico.
Existe mucha información que indica que muchos niños se enfrentan con importantes obstáculos sociales y emocionales y con limitaciones de salud mental que obstaculizan su éxito en la escuela y en la vida. Además, muchos niños se comportan con conductas desafiantes que los educadores deben atender para poder brindar una enseñanza de alto niveles.
La mejor manera de enseñar es aplicando los métodos, siendo estos los más eficaces para enseñar las habilidades sociales y emocionales el cual son activos, participativos y agradables, tales como:
- A los niños y niñas pequeños se les puede enseñar a través de representaciones y entrenamientos a reconocer cómo se sienten y cómo puede sentirse otra persona.
- Impulsar el uso de las habilidades para la resolución de conflictos, y el uso del diálogo para guiar a los estudiantes en cada paso, pueden ser un método efectivo de aproximación para enseñarles a aplicar una habilidad a una nueva situación.
- En las reuniones celebradas en las clases, los alumnos pueden practicar la toma de decisiones grupales y el establecimiento de normas.
- Los estudiantes pueden aprender cooperación y a trabajar en equipo a través de los deportes en equipo y juegos.
- Los estudiantes mejoran su comprensión de un evento histórico o actual si lo aplican a un conjunto de preguntas basadas en un modelo de resolución de problemas.
- Las ayudas o asesorías que se dan los niños de distintas edades, en los casos en se junta a un estudiante que es más grande con otro más joven, pueden ser eficaces para desarrollar la autoestima, el sentido de pertenencia y mejorar las competencias académicas.
- Hacer que un miembro de una pareja describa una situación a un compañero/a, y que el mismo le repita lo que escuchó, es una herramienta efectiva para enseñar a escuchar de manera reflexiva.
Estamos privando a niños y jóvenes de un desarrollo óptimo cuando no les damos oportunidades de aprendizaje social y emocional.
René Diekstra
Autor:
Lcda. Génesis Mendoza
Bibliografía:
http://www.rtve.es/television/20130522/aprendizaje-social-emocional-habilidades-para-vida/669382.shtmlhttp://casel.org/wp-content/uploads/FAQ-en-espanol1.pdf
jueves, 11 de julio de 2013
LA ALFABETIZACIÓN EMOCIONAL
¿Qué es Emoción?
Son reacciones psicofisiológicas que representan modos de adaptación a ciertos estímulos del hombre cuando ve algo o una persona importante para ellos. Psicológicamente, las emociones alteran la atención, hacen subir de rango ciertas conductas guía de respuestas del individuo y activan redes asociativas relevantes en la memoria.
Fisiológica mente, las emociones organizan rápidamente las respuestas de distintos sistemas biológicos, incluidas las expresiones faciales, los músculos, la voz, la actividad del SNA y la del sistema endocrino, a fin de establecer un medio interno óptimo para el comportamiento más efectivo, entre otras.
Conductualmente, las emociones sirven para establecer nuestra posición con respecto a nuestro entorno, y nos impulsan hacia ciertas personas, objetos, acciones, ideas y nos alejan de otros.
Las personas que aunque sienten, como todo el mundo, no saben ni qué sienten, ni por qué lo sienten; al contrario que ocurre con el "alfabeto" emocional que sabe qué siente y por qué: su Adulto está en contacto con su Niño Natural y Adaptado y, por tanto, con sus emociones.
Para poder comprender las emociones y por encima de todo saber “manejarlas” se requiere de orientación y educación desde la infancia. Actualmente se han registrado numerosos casos de escolares violentos, adolescentes sumergidos en el alcohol y las drogas, embarazo precoz, y todo esto se debe al débil manejo y control de las emociones.
Existen terapias educativas y psicologicas que le permite ayudar a los padres a canalizar las emociones de sus hijos, siempre y cuando sea reconocido a temprana edad los problemas de conducta se cuenta con mayor probabilidad de mejorar las mismas y garantizarle un futuro sano a nivel emocional, físico e intelectual
Es preciso que en los centros de educación los maestros le brinden también el apoyo a los alumnos para enfrentar sus crisis emocionales y evitar la violencia infantil, bien se puede realizar por medio de tácticas como las del “juego del cubo”, el cual está dividido en diversos colores y cada color es caracterizado por una emoción, y por medio del mismo el alumno debe identificar con un color su estado emocional y reconocer si preciso mejorarlo.
“La principal esperanza de una nación descansa en la adecuada educación de su infancia”.
Erasmo
Autor:
Licda.
Génesis Mendoza
Bibliografía
POESÍA "DUEÑO DE MIS EMOCIONES"
Hoy seré dueño de mis emociones
Si me siento deprimido, cantaré.
Si me siento triste, reiré.
Si me siento enfermo, redoblaré mi trabajo.
Si siento miedo, me lanzaré adelante.
Si me siento inferior, vestiré ropas nuevas.
Si me siento inseguro, levantaré la voz.
Si siento pobreza, pensaré en la riqueza futura.
Si me siento incompetente, recordaré éxitos del pasado.
Si me siento insignificante, recordaré mis metas.
Hoy seré dueño de mis emociones
Si se apodera de mí la confianza excesiva, recordaré mis fracasos.
Si me siento inclinado a entregarme con exceso a la buena vida, recordaré hambres pasadas.
Si siento complacencia, recordaré a mis competidores.
Si disfruto de momentos de grandeza, recordaré momentos de vergüenza.
Si me siento todopoderoso, procuraré detener el viento.
Si alcanzo grandes riquezas, recordaré una boca hambrienta.
Si me siento orgulloso en exceso, recordaré un momento de debilidad.
Si pienso que mi habilidad no tiene igual, contemplaré las estrellas.
En definitiva, hoy seré dueño de mis emociones.
Agustine Og Mandino (12 de diciembre de 1923 - 3 de septiembre de 1996) Escritor estadounidense y autor del best seller “El vendedor más grande del mundo”
Basado en:
http://www.inteligencia-emocional.org/poesías
Si me siento deprimido, cantaré.
Si me siento triste, reiré.
Si me siento enfermo, redoblaré mi trabajo.
Si siento miedo, me lanzaré adelante.
Si me siento inferior, vestiré ropas nuevas.
Si me siento inseguro, levantaré la voz.
Si siento pobreza, pensaré en la riqueza futura.
Si me siento incompetente, recordaré éxitos del pasado.
Si me siento insignificante, recordaré mis metas.
Hoy seré dueño de mis emociones
Si se apodera de mí la confianza excesiva, recordaré mis fracasos.
Si me siento inclinado a entregarme con exceso a la buena vida, recordaré hambres pasadas.
Si siento complacencia, recordaré a mis competidores.
Si disfruto de momentos de grandeza, recordaré momentos de vergüenza.
Si me siento todopoderoso, procuraré detener el viento.
Si alcanzo grandes riquezas, recordaré una boca hambrienta.
Si me siento orgulloso en exceso, recordaré un momento de debilidad.
Si pienso que mi habilidad no tiene igual, contemplaré las estrellas.
En definitiva, hoy seré dueño de mis emociones.
Agustine Og Mandino (12 de diciembre de 1923 - 3 de septiembre de 1996) Escritor estadounidense y autor del best seller “El vendedor más grande del mundo”
Basado en:
http://www.inteligencia-emocional.org/poesías
Aporte de:
Lcda Fátima Moyetones.
miércoles, 10 de julio de 2013
COLEMAN Y LA GERENCIA EMOCIONAL
“Ser bueno para los números, tener una especialización
técnica o haber estudiado muchos años no aseguran el éxito en el mercado
laboral. Las personas pueden brillar más por sus capacidades emocionales que” Daniel Goleman. Una de las principales
dudas que se generan en el ambiente laboral es por qué algunas personas son
exitosas y otras no, independientemente de su inteligencia. La prueba está en
que todos conocemos a alguien que no sabemos “cómo hizo para llegar allí”, y a
veces aquel compañero de clase tan inteligente no tuvo en su vida tanto como lo
esperado.
Parafraseando su definición, Goleman nos habla
del término “Inteligencia Emocional”, como
la capacidad de reconocer nuestros
propios sentimientos, y los de los demás, de motivarnos y controlar las
emociones, tanto en nosotros mismos y como en nuestras relaciones. De esta forma, las emociones pueden
guiar todas las actitudes de nuestra vida hacia pensamientos y hábitos
constructivos, que mejoren en forma absoluta los resultados finales que
queremos alcanzar.
Todas las personas venimos al mundo con un
temperamento determinado, los años de infancia tienen un efecto determinante en
nuestra configuración cerebral y, en gran medida, definen el alcance de nuestras
emociones, las cuales son susceptibles de aprenderse y
perfeccionarse a lo largo de la vida, si para ello se utilizan los métodos adecuados.
Cuando la persona tiene un conocimiento eficaz sobre la Inteligencia Emocional puede
encauzar, dirigir y aplicar sus emociones, permitiendo así que las mismas
trabajen a favor, y no en contra de su personalidad.
El mundo empresarial no ha sido ajeno a esta tendencia ha encontrado en la inteligencia emocional una herramienta valiosa para
comprender y aprovechar la productividad laboral de las personas, el éxito de
las empresas, los requerimientos del liderazgo y hasta la prevención de los
desastres corporativos generando un mejor clima en la organización. El precio que puede llegar a pagar una empresa
por la baja inteligencia emocional de su personal es tan elevado, que
fácilmente podría llevarla a la quiebra.
Esta nueva sociedad requiere otro
tipo de líder superior cuyo liderazgo no radique en su capacidad para controlar y
someter a los otros, sino en su habilidad para persuadirlos y encauzar la
colaboración de todos hacia unos propósitos comunes las empresas y los
profesionales que quieran lograr el éxito en el entorno de especialización y
diversidad que caracteriza al mundo moderno deben tener consciencia de sus emociones
y dotarlas de inteligencia emocional.
Goleman explica la existencia de 5
pilares para medir el cociente emocional de cada individuo ellas son: la auto-conciencia
o capacidad de un individuo de conocer el manejo y control que tiene de sus
propias emociones, habilidades y fortalezas; la auto-regulación como el
aprendizaje en base a la meditación de
las experiencias vividas; la auto-motivación
o motivación interna independientemente de la circunstancia o de los factores
externos; la empatía desde el reconocimiento del impacto de mis acciones sobre
la inteligencia emocional del otro y las habilidades sociales para relacionarse
efectivamente con los otros, para lograr inducirlos a la acción o pensamiento
requerido.
Finalmente, la importancia de la inteligencia
emocional radica en utilizar positivamente nuestras emociones y orientarlas
hacia la eficacia de nuestras actividades personales y las relaciones que
tenemos con otras personas.Los grandes líderes son personas que saben manejar las emociones. Su éxito no depende
tanto de lo que hacen como del modo en que lo hacen. Para lograrlo simplemente
debemos comenzar a aplicar estos conocimientos aportados por Daniel Goleman en nuestra vida (hoy mismo); la inteligencia
emocional nos llena de energía, nos hace ser iniciadores competentes,
decididos, ser capaces de enfrentar riesgos y desafíos y tener valor de
expresarnos, sentir y vivir.
Bibliografía:
http://manuelgross.bligoo.com/content/view/745427/La-influencia-de-la-Inteligencia-Emocional-en-los-6-Estilos-de-Liderazgo.html
http://www.clubmarketingandorra.com/files/emocional.pdf
Aporte de:
Lcda. Fátima Moyetones
sábado, 6 de julio de 2013
Gerencia Emocional
En este video, el Licenciado Carlos Fraga, junto a su invitado Eduardo Martí, pensador gerencial, formador de líderes, coach ejecutivo y autor de temas de motivación, liderazgo y poder personal, nos explican la importancia de aplicar la inteligencia emocional en el área gerencial, independientemente de dónde se lleve a cabo.
Destacan la importancia de aplicar el amor al prójimo para un desarrollo gerencial mas efectivo y con menor costo para las organizaciones.
Aporte de:
Lcdo. Luis A. Pérez P.
El Miedo… Un área de Oportunidad
El miedo es una emoción básica que acompaña a los seres humanos desde sus orígenes, cumpliendo una función adaptativa fundamental: sobrevivir como especie. Y su origen puede tener muchas causas, entre ellas se reconocen miedo a la pérdida, miedo al fracaso, miedo a ser dañado, entre otras causas, pero a final de cuentas, todo temor es el miedo que el ego siente frente a la posibilidad de morir, de desaparecer.
Para el ego, la muerte siempre se halla a la vuelta de la esquina. En este estado de identificación con la mente, el temor a la muerte afecta todos los aspectos de tu vida. Por ejemplo, incluso un asunto que aparentemente es tan trivial y “normal”, como la necesidad de tener la razón en una discusión y lograr que la otra persona sea la que está equivocada defender la posición mental con la que te has identificado se debe al temor a la muerte.
El miedo se activa cuando percibimos una situación como peligrosa. Percibir una situación como peligrosa dependerá de quien seamos nosotros, del entorno en que nos movamos, de los recursos que poseamos, de nuestras experiencias pasadas y de nuestras expectativas futuras.
Si el miedo cumple una función adaptativa no puede ser malo ni bueno en sí mismo. El miedo nos avisa de que ciertas condiciones han cambiado o pueden cambiar. Nos avisa cuando nuestra intuición o visión prevé un cambio de tendencia. Nos prepara para afrontar la nueva situación huyendo, protegiéndonos, defendiéndonos, atacando o paralizándonos. Todas estas respuestas pueden ser adaptativas cuando el peligro es innegable, cuando la amenaza es real.
Esta situación es aplicable en todos los aspectos de nuestras vidas, siempre que sentimos temor, la primera reacción es de dar un paso atrás, pero este gesto no debe ser interpretado como el primer paso para huir de la situación de riesgo, sino para tomar el impluso para enfrentarla y sobresalir.
La confianza en nosotros mismos es la única arma efectiva para vencer el miedo, actualmente estamos viviendo una gran crisis de confianza. No confiamos en poder salir de esta crisis, en que las cosas mejorarán a corto y medio plazo, y si lo hacen, igual ya no estamos para contarlo.
La única manera de generar confianza es confiando en nosotros mismos. No hay otra manera. Confiar en que disponemos de recursos internos para afrontar la situación. Confiar en que nos estamos preparando para el futuro. Confiar que si hemos superado otras crisis ésta, también la superaremos. Confiar en que mi vecino de al lado también está haciendo lo que hay que hacer para superar esta crisis. Confiar en que puedo dar más y ser mejor. Confiar en que incluso si se dieran las peores circunstancias, aun así saldré adelante. Conectar con aquellas situaciones de mi vida en las que pensé, durante mucho tiempo, que no podría sobrevivir y lo hice. Confiar en que juntos lo lograremos. Confiar en que es importante mi aportación y animar a los que están cerca de mí a seguir adelante. Confiar en que tenemos el talento, la creatividad y la iniciativa para crear nuevas oportunidades. Confiar en que dentro de diez años seré de aquellos que contarán como superaron exitosamente esta crisis.
Es así como podremos encontrar en el miedo un área de oportunidad, sabiendo canalizar las fuerzas que nos impulsan a huir para convertirlas en el trampolín que nos empuje a enfrentar gallardamente, reconociendo nuestra debilidades y fortalezas, saliendo airoso de cualquier situación, personal o profesional.
Basado en:
Aporte de:
Lcdo. Luis A. Pérez
viernes, 5 de julio de 2013
Liderazgo: ¿Qué papel juega la inteligencia emocional?
En
1998 Daniel Goleman aseguró que si bien “inteligencia, firmeza, determinación y
visión” son elementos claves de un liderazgo efectivo, también son
insuficientes. En su investigación descubrió que los líderes verdaderamente
efectivos se distinguen por un alto grado de inteligencia emocional, “que incluye la autoconciencia, la
autorregulación, la motivación, la empatía y las habilidades sociales”.
Lo anterior
suena bastante “lógico” si consideramos que las emociones determinan todas
nuestras acciones. Si
bien, las emociones vienen y van, los seres humanos estamos en contacto con
estas—prácticamente—en todo momento; al despertar, al desayunar, al manejar
hacia el trabajo, en el trabajo, con compañeros, colegas, amigos, al regresar a
casa, al platicar sobre tu día, al ver la televisión y antes de dormir.
Sin
embargo, en la actualidad todavía son muchas las empresas, instituciones,
equipos y hasta familias que restan importancia a inteligencia emocional (con
sus componentes) y su relación con el liderazgo. En pocas palabras, creen más
en un liderazgo de “corte” militar: firmeza, disciplina, rigor,
recompensa-castigo y represión emocional.
¿Los líderes nacen o se hacen?
Por
lo general y basándonos en nuestra propia experiencia, todos tenemos una
opinión al respecto. “Durante
décadas se ha venido debatiendo si los líderes nacen o se hacen”
(Goleman).
Las
investigaciones más recientes hablan de la existencia de un componente genético
en la inteligencia emocional pero diferentes estudios psicológicos hablan de
que la educación que recibimos desde pequeños también influye en nuestra
capacidad de liderazgo.
“La
respuesta es que ambas alternativas están en lo cierto” Un líder nace y se
hace, al igual que algunos nacen con más cualidades para la inteligencia
emocional pero esto no significa que los demás no puedan adquirirla o
aprenderla.
En
la actualidad existe un “boom” de talleres y entrenamientos encaminados a
mejorar la capacidad de liderazgo mediante la inteligencia emocional. Goleman
explica en su texto porque muchos de estos talleres son una pérdida de tiempo y
dinero. “El problema es simple: se centran en la parte incorrecta del cerebro”.
“La inteligencia
emocional nace principalmente en los neurotransmisores del sistema límbico del
cerebro, que controla los sentimientos, los impulsos y los estímulos. Las
investigaciones indican que el sistema límbico del cerebro aprende mejor
mediante la motivación, la práctica prolongada y la retroalimentación.
Compárese con el tipo de aprendizaje que se produce en el neocortex, que
controla la capacidad analítica y técnica. El neocortex se encarga de los
conceptos y de la lógica. Es la parte del cerebro que deduce cómo usar una
computadora o hacer una llamada de ventas con sólo leer un libro” (Goleman).
Muchos
de estos programas se centran en la parte equivocada del cerebro, algo que incluso
puede llegar a tener un impacto negativo.
La
clave para mejorar la inteligencia emocional es: “la motivación, la práctica prolongada y la
retroalimentación”.
Pero
más importante aún: un honesto deseo por hacerlo y un
enorme compromiso.
Fuente Consultada:
Goleman
Daniel “¿Qué hace a un líder?” Harvard Buisness Reviewen América Latina.
Octubre 2004.
Aporte:
Luisana González
Liderazgo con Inteligencia Emocional
En
la actualidad las competencias que caracterizan a los líderes que están al
frente de las organizaciones exitosas, no son exclusivamente las que están
relacionadas con su conocimiento, experiencia y capacidad técnica. Las
investigaciones han permitido concluir que lo que caracteriza a esos líderes
ejemplares es su capacidad para inyectar en otros su energía, su pasión y su
entusiasmo.
Para
tener capacidad de influir en otros, para poderlos conducir a visiones
prometedoras, se requiere partir de la capacidad para liderar la propia vida.
Esto es, el liderazgo es una fuerza que surge de dentro del individuo para
poder tener efecto en los demás.
La
inteligencia emocional del líder surge desde el interior a través de la conciencia de sí mismo y de su
capacidad para la autogestión.
Con base en estos dos dominios, puede ejercer influencia en los otros por medio
de su conciencia social y de su
capacidad para gestionar las
relaciones que le permiten contagiar a los equipos de trabajo con un
efecto multiplicador en la organización.
Con
base en su autoconocimiento el
individuo es capaz de visualizar sus metas y automotivarse para alcanzarlas
venciendo con creatividad los obstáculos que puedan llegar a interponerse. Al
estar consciente de sí mismo, de sus talentos y debilidades, de sus intereses,
de sus reacciones y emociones se encuentra en un primer escalón para decidir a
dónde y cómo quiere conducir su vida. Nadie puede motivar a otros si no es
capaz de mostrar entusiasmo, el cuál se comunica por medio de su expresión
facial, su tono de voz, su expresión corporal. Una persona capaz de motivarse a
sí misma, refleja ante los otros entusiasmo y optimismo que son contagiosos.
La
autogestión le permite al líder emocionalmente inteligente ser transparente, al
ser capaz de expresar abiertamente sus creencias y sentimientos, ser flexible
para responder oportunamente a los cambios, tener iniciativa para promover la
acción y ser optimistas al enfrentar las situaciones adversas como
oportunidades para crecer en nuevas direcciones. La conciencia social se traduce en la sensibilidad de los
líderes para reconocer sus emociones y las de otros y en su capacidad para dirigirlas
adecuadamente hacia el logro de la visión. El líder inteligente emocionalmente
dispone de un radar que le permite ser un receptor sensible a las señales que
los otros envían acerca de su estado emocional y de su nivel de motivación con
respecto a un proyecto. Posee la capacidad de escucha activa, así como la
capacidad para expresarse asertivamente, de manera certera, con base en su
auto-conocimiento y autocontrol.
El
líder creativo y emocionalmente inteligente influye activamente para generar un
clima emocional en donde permea la confianza en el que la persona no se sienta
amenazada psicológicamente. El líder genera las condiciones para que los
miembros del equipo perciban la posibilidad de tomar riesgos y de probar nuevos
caminos, requisito indispensable para la innovación.
El
líder emocionalmente inteligente cuenta con las competencias para influir en
otros por medio de la gestión de las
relaciones comunicándoles de manera efectiva el beneficio y las ventajas
que se obtendrán al encaminarse a la visión planteada. Es capaz de inspirar y
convencer a los otros. Pone en práctica su creatividad al alinear la visión
común con la posibilidad de desarrollo y crecimiento de cada uno de los
miembros del equipo.
El
líder se convierte en un catalizador del cambio capaz de mantener la motivación
en un buen nivel, reconociendo los sentimientos y emociones de las personas y
atendiendo oportunamente los conflictos para mantener la dirección de la
energía hacia el logro de una meta común.
El
bien más importante en las organizaciones está en los talentos de las personas
que las integran. Si se ignoran las emociones, y se continúa haciendo énfasis
exclusivamente en el pensamiento "lógico", se corre el riesgo no sólo
de desaprovechar esos talentos, sino de perderlos, cediéndoselos a otras
organizaciones. El desarrollo de la inteligencia emocional y de las habilidades
para la creatividad incrementan el potencial del individuo al favorecer la
conexión entre pensamiento, emoción y cuerpo. Un líder creativo e inteligente emocionalmente
es capaz de obtener lo mejor de las personas que colaboran con él, favoreciendo
su crecimiento y creatividad, abriendo múltiples vías de acción que
inevitablemente conducen, no sólo a la prosperidad de cada uno de los miembros
del equipo, sino de la organización.
Fuente Consultada:
Álvarez
de M; y otros. (2001). Paradigma del liderazgo. McGraw-Hill Interamericana de España.
Aporte:
Luisana González
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